LOS CONSERVATORIOS: UNA TORRE DE BABEL

Andrea Doural

LOS CONSERVATORIOS: UNA TORRE DE BABEL

Los conservatorios: una torre de babel

Autores: Andrea Doural García (alumna UDC y CSM A Coruña) e Ignacio Fernández Rodríguez (profesor CSM A Coruña).

Cuando cualquier alumno o alumna del Conservatorio Superior de Música de A Coruña, atraviesa el portal del conservatorio y se encuentra frente la puerta principal lo primero que ve es un gran cartel donde se puede leer: CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA. 

En este cartel destaca una palabra que le aporta significado y que justifica la existencia del edificio que lo sustenta: música. Dado que el conservatorio es un edificio destinado a la enseñanza de la música lo presentado en este cartel resulta evidente pero, una vez traspasada la puerta el significado de éste comienza a diluirse y casi a desaparecer. 

La didáctica musical que se desarrolla en los conservatorios actuales es, evidentemente, resultado de una transformación histórica, basándose mayoritariamente en la tradición de los últimos siglos.

La difusión de la música a un público cada vez más amplio producida en el s.XIX no sería posible sin el desarrollo de la imprenta musical y avances técnicos como el sistema de grabación. Con el aumento del número de público nace un mercado de consumo en que surgen una serie de músicos profesionales cada vez más especializados y virtuosos en sus respectivas áreas (Jorquera, 2002). 

Además, el aburguesamiento de la vida musical en Europa desde principios del s.XIX contribuyó al crecimiento de la enseñanza de la música privada. Estas necesidades acarrearon reclutar profesores entre maestros de escuela, cantores, músicos de orquesta y cantantes; asimismo la música se dividió en diferentes disciplinas para poder englobarla más fácilmente. De esta manera, durante la primera mitad del s. XIX aparecen las primeras instituciones de enseñanza musical precursoras de nuestras escuelas de música y conservatorios (Preiss, 2000).

En la actualidad la legislación que rige nuestros conservatorios superiores establece que las enseñanzas conducentes a la obtención del título superior  de música deberán proporcionar una formación práctica, teórica y metodológica, a través de la profundización en las materias que conforman la especialidad elegida, con la finalidad de cualificar a los futuros profesionales de la música, en ámbitos relativos a la creación, interpretación, investigación y docencia.

La enseñanza se fundamenta en el estudio de la especialidad (instrumental, vocal, composición o pedagogía), que actúa como eje vertebrador del currículum. Persiguiendo al mismo tiempo una enseñanza integradora, que junto a la formación profesional de carácter artístico, contemple la formación humanística y la educación cívica del alumnado de estas enseñanzas. 

Esta visión global marcada por la legislación discrepa con su aplicación práctica en donde la enseñanza musical se encuentra compartimentada en especialidades y materias con escaso o nulo contacto entre ellas. 

Si tomamos como ejemplo un alumno de tuba, éste en su segundo curso tiene clase de tuba, repertorio orquestal, análisis, piano complementario, práctica harmónico- contrapuntística,  historia de la música, organología, música de cámara y orquestra. 

Cuando dicho alumno va a clase de análisis se le explicarán las series dodecafónicas, en clase de historia enlazará con Beethoven, en la clase de repertorio orquestal trabajará el repertorio de las óperas de Wagner y sus contemporáneos, en música de cámara trabajará obras de la segunda mitad del s. XX, en clase de orquestra tocará música de compositores del clasicismo, en práctica harmónica se escribirán corales e invenciones, en piano complementario trabajará el bajo alberti, en organología los antecedentes del piano y en clase de tuba tiene coma obra obligada para segundo curso la Sonata de Hindemith, que data del 1954 y es de estilo serial.

Tal variedad o mezcla de música y de épocas puede parecer algo positivo o enriquecedor, pero en la práctica es una enorme torre de Babel en la que se hablan lenguas diferentes, aún derivando de una lengua madre similar, en la oreja del estudiante suenan muy diferentes. 

El problema radica en que al hacer una separación de las materias y, sobre todo, de los contenidos, los conceptos a trabajar en un contexto global carecen de sentido. Siendo la música un arte que está conformado por diferentes aspectos indivisibles, la enseñanza disgregada no conlleva resultados tan satisfactorios. 

Esta falta de contacto entre las materias conlleva que a los alumnos les cueste mucho entender que todos los contenidos están realmente conectados y tratan sobre música y que asignaturas como análisis, evolución del repertorio o historia tienen mucha importancia en su formación.

Además, uno de los mayores problemas que tenemos en los conservatorios es la falta de motivación de losestudiantes por ciertas materias. Habitualmente lo que más les gusta a los estudiantes es tocar y sitúan la asignatura de instrumento como la única importante. Centrándonos en el interés del alumnado y  teniéndolo en cuenta a la hora de planificar la docencia, se podría utilizar la enseñanza de su instrumento o especialidad como hilo conductor alrededor del cual tejemos el resto de las enseñanzas.

También sería conveniente tener en cuenta la experiencia previa de los alumnos en la programación de materias, por ejemplo, la clase de orquesta. Existen  alumnos/as que llevan muchos años tocando en bandas y que ya conocen la mayoría del repertorio para esta agrupación. Ante esto y pudiéndose sentir poco motivados surge la necesidad de buscar unenfoque próximo a sus necesidades e intereses. 

Esta modalidad de enseñanza separada en disciplinas, a priori inconexas, no provoca que el alumno/a un especial aliento por hacerse preguntas relevantes y de fondo sobre la música. Resultando difícil que en los alumnos surja la ilusión e incluso pasión por la música, que entiendan la carrera y el trabajo de músico como un oficio de búsqueda, creatividad e investigación. Al no conocer las herramientas y como usarlas hacer ese camino es muy complicado.

Todo esto nos lleva a reflexionar en las posibles ventajas de un currículum integrado, comenzando por el impulso al interés del alumnado y una visión más completa de la música.

Si el alumno trabaja una sonata de Bach en la clase de tuba al mismo tiempo que en clase de historia estudia el barroco, en clase de análisis analiza la fuga, en práctica armónica escribe invenciones y en orquesta trabajan la articulación en el barroco; el alumno obtendrá numerosos beneficios, en primer lugar, entenderá para que es necesaria cada materia.

Al pensar de manera interdisciplinar, el alumno comprenderá la pieza y su contexto, podrá realizar su propia interpretación teniendo en cuenta la perspectiva histórica y los diferentes convencionalismos. Además, se  facilita el trabajo sobre otros aspectos como afinación, ritmo o conjunción. Trabajar con diferentes metodologías ayuda al alumno a aplicar estos conocimientos en su discurso musical de una manera más natural. 

De esta manera, el alumno/a se dotará de conocimientos y destrezas que le permitirán afrontar su trabajo desde diferentes perspectivas, lo que, a su vez, posibilitará que pueda desempeñar diferentes papeles en su campo de trabajo. Esto se suma a que pueda completar su formación en diferentes direcciones permitiéndole la movilidad académica y laboral. 

Este trabajo interdisciplinar, que sin lugar a dudas es beneficioso para el alumno, favorece el trabajo de los profesores haciendo que todos se sientan miembros de la misma “orquesta” y con responsabilidades y protagonismo similares, sin que destaquen unos solistas por encima del “tutti”. 

Como conclusión podemos señalar que la música es un conjunto de elementos que deben funcionar de manera equilibrada y harmónica, por lo que la enseñanza de ésta debe seguir las mismas pautas para responder de manera real y responsable el fin último de este arte: LA MÚSICA.

Bibliografía:

Jorquera Jaramillo, C. (2002). ¿Existe una didáctica del instrumento musical?. Revista Electrónica de LEEME (Lista europea de música en educación), nº 9, Mayo 2002. Recuperado de  HYPERLINK «http://musica.rediris.es/leeme» http://musica.rediris.es/leeme.

Preiss, H. (2000). The importance of music education in society today, 4ª part. Brass Bulletin, 112, 142-152.

Torres Santomé, J. (2000). Globalización e interdisciplinariedad: el currículum integrado. Madrid. Morata.

Andrea Doural García

Andrea Doural Nace en Mondoñedo (Lugo) en 1992. Comienza sus estudios musicales en la Escuela Municipal de Música de Foz (Lugo) bajo las directrices de Arcadio Mon. 

En 2004 ingresa en el Conservatorio de Música de Viveiro para cursar el grado profesional en la especialidad de tuba, con los profesores Delio Represas y Luis Iglesias. Realizando también estudios de piano y gaita gallega.

Ha asistido a cursos de especialización musical y masterclass con artistas como David Childs, Alberto Pons, Eduardo Diz, Juanjo Munera, Vicente López o  José M. Recondo. En el campo de pedagogía musical ha tomado clase con el belga Jos Wuytack. Además de su pertenencia a la Banda Municipal de Música de Foz ha colaborado con agrupaciones bandísticas de poblaciones como Viveiro, Guitiriz, Burela o Vilalba. 

Actualmente estudia en el Conservatorio Superior de Música de A Coruña con el profesor Ignacio Fernández además del Grado en Educación Infantil en la Universidad de A Coruña. 
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